Cómo trabajamos para reubicar las “lagunas de abono” y proteger la salud pública durante las recientes inundaciones.
¿Qué hace si 30 millones de galones de abono líquido amenazan la salud pública? Cuando las lluvias fuertes llegaron a finales del año pasado, un batallón de camioneros, agricultores, funcionarios locales y trabajadores de la agencia estatal se pusieron a trabajar. Su misión: Proteger los sistemas de agua, los criaderos de mariscos y a las personas de las inundaciones potencialmente cargadas de bacterias de las lagunas de abono.
Fue una amenaza muy peligrosa para la salud pública que requirió el trabajo conjunto de múltiples agencias estatales y locales. Los agricultores de los condados de Skagit y Whatcom también tuvieron que trabajar para trasladar millones de galones de abono líquido a un almacenamiento más seguro.
Muchos productores de leche de todo el estado mantienen lagunas de abono -grandes estanques de abono de vaca- durante el otoño y el invierno. Almacenan este recurso rico en nutrientes para poder usarlo como fertilizante cuando el tiempo se calienta y los campos están más secos y listos para sus beneficios.
Aguas abajo de las lagunas se encuentran personas y un entorno que corre un grave riesgo si se producen inundaciones. A veces, eso incluye a los criaderos de mariscos.
Lluvias intensas y posibles inundaciones tóxicas
En los últimos meses de 2021, tormentas consecutivas arrojaron cientos de millones de galones de agua en el oeste de Washington en pocos días. En el noroeste de Washington, las lluvias afectaron especialmente a los condados de Whatcom y Skagit, donde se produjeron inundaciones intensas y amplias. En sólo dos semanas llovió casi lo equivalente a tres meses en la zona. Se derramaron aguas residuales de una planta de tratamiento de aguas residuales. Las autoridades cerraron tres zonas de recolección de marisco debido a las inundaciones del río Nooksack. Todavía queda por delante una gran parte de la temporada de lluvias.
Muchas de las lagunas de abono están abiertas a los elementos. Las estructuras que almacenan el abono colectaron más de 97 millones de galones de lluvia, en adición a los desechos del ganado. Algunas se encontraban al límite de su capacidad a principios de la temporada de lluvias, según el Distrito de Conservación de Whatcom (solo en inglés).
Esto implicó un grave peligro para la salud pública.
“El líquido -que estaba lleno de bacterias- corría el riesgo de inundar los arroyos cercanos, poniendo en peligro la salud pública”, dijo Clara Hard, del Departamento de Salud. “Además, esa agua llega a Puget Sound, lo que tendría efectos devastadores en la calidad del agua y en la seguridad del consumo de marisco de la zona”.
La solución: Mover el abono
Nos pusimos a trabajar rápidamente con nuestros socios: el Departamento de Ecología del estado, la Comisión de Conservación y los funcionarios locales. Nuestro objetivo era ayudar a los productores lecheros que corrían el riesgo de que sus instalaciones de almacenamiento de abono se inundaran.
En primer lugar, los Distritos de Conservación (CD por sus siglas en inglés) de Whatcom y Skagit intentaron ponerse en contacto con todos los productores lecheros de la zona para medir la amenaza de las lagunas inundadas.
- El CD de Whatcom encontró por lo menos 19 propietarios de ganado que necesitaban mover 26,5 millones de galones de abono a un almacenamiento seguro.
- El CD de Skagit encontró 5 granjas con casi 4 millones de galones.
Se preguntarán cómo se mueven 30 millones de galones de abono líquido.
Los productores usaron las líneas existentes de abono enterradas que conectan las granjas para mover la mayor parte del abono. Pero algunos también dependieron del transporte por camión.
Bill Blake, del CD Skagit, dijo que su contratista utilizó camiones de 9.000 galones. Miden unos 42 pies de largo. Para transportar 30 millones de galones se necesitarían unos 3.333 camiones cisterna, como los que entregan gasolina a las estaciones.
Si se colocan uno tras otro, el convoy de camiones llenos de abono se extendería unas 26,5 millas.
Algunos agricultores utilizaron sus propios camiones. Otros usaron contratistas, como Pacific Plumbing.
Socios trabajando juntos
“En cuanto se detectó la necesidad de alivio del desastre, el Departamento de Salud del Estado de Washington se puso inmediatamente en contacto con nosotros”, dijo Corina Cheever, coordinadora de planificación de la conservación en el Distrito de Conservación de Whatcom. Trabajaron rápidamente para conseguir fondos para resolver el problema a que se enfrentaban nuestras lecherías locales. Estamos agradecidos por su apoyo y seguimiento”.
El costo del traslado del abono fue de unos 360.000 dólares. Gracias al trabajo de muchas personas de diversas agencias y a los fondos aportados en parte por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. a través de la Iniciativa Estratégica de Mariscos del Programa Nacional de Estuario, pudimos trasladar 30 millones de galones de abono. También apoyamos a más de 30 granjas para ayudar a proteger el medio ambiente de una posible catástrofe.
El líquido se transportó a otras granjas. Todo se quedó en el condado en el que se creó. Esos granjeros “se alegraron de recibir esos nutrientes” para utilizarlos en sus campos este año, dijo Aneka Sweeney, del CD de Whatcom.
Las recientes lluvias siguen amenazando la calidad del agua en el oeste de Washington. Seguimos trabajando para mantener a los habitantes de Washington a salvo de enfermedades cuando se producen inundaciones y otros incidentes.